Putear, pero con estilo

(O el nacimiento e historia de la madre de los insultos)

Putear todos podemos putear. Puteadas cortas como “pelotudo”, más aporteñadas como “forro”, puteadas étnicas como “bolita”, puteadas más estilizadas y sofisticadas como “andate a la recalcada concha de tu madre” o más profanas como un simple “boludo”, pero putear con elegancia, con ese no se qué, que te deja con más ganas de darle un abrazo que de enojarte con la persona que te espetó el “lenguaje fecal” hay pocos. Bah… ni siquiera pocos, hay uno solo, y ese ser se encarna físicamente en la figura de Chimango; no puedo decir que es él directamente porque faltaría a la verdad. Es un ser, un ente, un lado de su psiquis que se apodera de su persona y transforma una vulgar puteada en literatura pura, en Borges, en el genial Bioy, en el fantástico (por ambos motivos) Gabo Marquez, en  el extraordinario y polémico Vargas Llosa. En fin, en consonantes y vocales que unidas de forma caprichosa dan forma a la pasión de muchos, la escritura. Porque lo de él es lírico, es el “Don Quijote” de ese submundo lingüístico denominado “malas palabras”.

Ya, hace unos pocos años y en virtud de la celebración del Congreso de la Lengua Española en Rosario, el gran Fontanarrosa (cuanto se te extraña Negro) ejerció de abogado del diablo y solicitó ante la entera comunidad de expertos en la materia, una amnistía, una especie de perdón y revisión. Él, acertadamente, preguntaba «¿Por qué malas palabras?, ¿acaso le pegan a las otras palabras?, ¿tienen actitudes reñidas con la moral?»

A continuación, la historia, nacimiento y conclusión de la madre de las puteadas.

La historia en sí es corta, sin vueltas. Para ubicarlos temporalmente ocurrió un día de otoño del año pasado, cuando en mi trabajo me avisan que me van a dar una nueva laptop, una alegre noticia a toda persona que le gusten los chiches tecnológicos (grupo de personas en las cuales Chimango y yo estamos incluidos). Lo interesante sucede cuando me pasan vía mail las especificaciones del cacharro en cuestión, resultaba ser la laptop más potente del planeta en ese entonces! Pasa cuanto mucho una semana cuando me llega a mi oficina, donde empiezo a usarla y se vuelve una herramienta más de trabajo.

En un break, acordándome de mi amigo Chimango y de cuanto se iba a enojar al saber de mi grata adquisición se me ocurre escribirle, con la esperanza que me espetara uno de sus clásicos e imaginativos insultos. Lo que recibí como respuesta no fue una puteada lisa y llana, fue la obra cúlmine de una mente al servicio de la soez, fue la confirmación de que en él existía un artista del insulto, que se había apoderado ese ser que yo tanto deseaba ver en Chimango, que se había engendrado la madre de todas las putedas.

A continuación, la transcripción de ella. (Queda el lector advertido acerca del alto contenido profuso y de alto voltaje. Sensibles, abstenerse)

Realmente siento que se me murió un hijo al escribir la puteada que te merecías y ver como el programita poronga me dice que el mensaje es demasiado largo para ser enviado. La inspiración no se recupera; era una obra maestra y caerá en el olvido, junto con un interminable desfile de imágenes grotescas de tono sadozooincestomasoquista que son el estándar mínimo esperado de un mensaje mío. No están. Se fueron, están desaparecidos; camioneros, transexuales malayos, burros sodomizadores, todos tirados al abismo del olvido. El esfuerzo que hice en compilar tu árbol genealógico hasta el siglo XVIII cuando tu ilustre antepasado, Don Diego de la Real Corona, fué perseguido por los comechingones hasta el mismísimo cauce del río Desagüadero y vino a parar a estas tierras, ese esfuerzo que hice para incluir a todos tus parientes de él en adelante en la puteada ha sido en vano. Tal vez desde el cielo hayan escuchado y hasta ruborizado un poco, especialmente Don Diego, que era muy tragasable.

La historia de Don Diego comienza al huir de Cataluña durante la guerra de sucesión española. Austracista y fiel al rey Carlos II, difunto, es perseguido a muerte por los simpatizantes de la casa de los Borbones por su participación en contra de la toma de Valencia. Llega el tiempo entonces en el que decide huir uniéndose a una expedición con rumbo a América del Sur, zarpando el 16 de abril de 1710, pero negra sería su suerte al descubrir que el conflicto ha alcanzado también a Montevideo, por lo que decide adentrarse en la banda oriental, donde se establece por 14 años. Allí aprende los modos y costumbres de los nativos, llamados guaraníes, de los que adquiere los secretos de la yerba mate. Nublado su juicio por otras yerbas menos ortodoxas que los guaraníes le introducían en el mate (sólo por diversión, y es que ver a Don Diego o sus descendientes intoxicados con alcohol u otras yerbas es un espectáculo que perdura hasta nuestros días), Don Diego decide comercializar la yerba mate y tratar de competir con el comercio del té inglés. Dados los prejuicios ya existentes respecto de este brevaje en la región rioplatense, elige como camino tratar de llegar a los florecientes (y recientemente independizados) Estados Unidos de Norteamérica para cultivar y vender su producto (región más que predispuesta en contra del té inglés y su comercio, aún no conocedora del café). Pone rumbo entonces hacia Santiago de Chile, con la esperanza de no encontrar a nadie que lo reconozca allí, como sin duda habría ocurrido de tratar de salir desde el puerto de Buenos Aires o Montevideo (y desconociendo las condiciones para tratar de salir por Rio Grande do Sul). Don Diego, cada vez mas paranóico, decide evitar las ciudades de Santa Fé y Córdoba, tomando rumbo sur por los montes con una mula y las plantas de mate. Ya cuando toma rumbo oeste hacia Mendoza, al bordear la sierra, se adentra lamentablemente (y desoyendo los consejos de las pocas personas que se encontró en el camino) en tierra de comechingones. El nombre de los nativos le pareció cómico, cosa que se le debe haber notado en la cara porque a los comechingones no les pareció nada gracioso. Tampoco les pareció gracioso cuando veían, escondidos tras los algarrobos, como Don Diego defecaba en uno de sus lugares sagrados (y es que para el europeo promedio, desacostumbrado al mate, este es como mínimo un poderoso laxante). La suma de una sonrisa burlona como la que no podía reprimir Don Diego al pensar en el nombre de la tribu, mas la deposición dejada sobre el lugar de descanso de los restos de los antepasados del cacique… pues no son el mejor ejemplo de diplomacia. Don Diego interpretó de forma correcta las boleadoras que le lanzaban, no como saludo sino como señal de que tenía que salir corriendo. Y así lo hizo, dejando atrás mula, yerba y pantalones. La manera de correr y evacuar al mismo tiempo, atravesando todo el espacio entre las sierras de Córdoba y el río Desagüadero fué lo que dió origen a la célebre frase «te cagaste de espanto», perpetuada por los descendientes de Don Diego. Y descendientes tuvo, ya que logró aventajar a los indios que gracias a sus sensibles narices perdieron el rastro en una salina. Exhausto y sin pantalones, Don Diego arriba a la región de Mendoza, donde la ausencia de dichos pantalones le facilita una floreciente carrera en el ramo de servicios nocturnos. Es así que entre servicio y servicio a tanto baqueano puto, se puede garchar a las mujeres insatisfechas de estos, propagando su progenie y apellido. Sin embargo la descendecia de Don Diego no es profusa, ya que comineza a disfrutar cada vez mas de su trabajo y posición social (entre otras posiciones) Así arribó el apellido Corona a nuestras soleadas tierras, perpetuadas por generación tras generación de Coronas, el que no es puto es un cuilado* o  inclusive las dos cosas, como el magno exponente a quien van dirigidas estas humildes líneas, por lo que sin mas preámbulos, pero tal vez con algunas omisiones debido al incidente del mensaje que tus antepasados sabrán perdonar si se sienten ignorados, procedo a:
cagarme en Don Diego de la Real Corona y Doña Herminia Concha de Vaca, que engendraron a 8 vástagos, de los cuales me cago especialmente en Augusto Corona, que se unió a Marita la del Barrio, que procrearon a Miguel Corona, en el cuál también me cago profundamente, que se casó con Luciana Pedernera, puta de aquellas, cuyo uno de sus varios resultados fue Don Fermín Corona, afamado usurero local en el cual no soy el único en la historia que se caga en él, que contrajo nupcias de apuro con Hilda Brizuela, terrible mujerzuela, que queda bajo el chorro de caca que les proyecto junto a sus 4 hijos que incluyen a Adrián Corona, alias pepona, sobre el que me cago con recelo porque era tan degenerado el trolo que hasta capaz que le gusta una cacona en el pecho, si bien no le gustó ser forzado a procrear con la chica con síndrome de down del barrio para perpetuar el apellido a Ignacio Corona, heredero del negocio de Don Fermín, y que era tan cagador que cagarse en él es una suerte de justicia poética, que logró expropiar una esclava con la cual engendró a Don Rosendo Corona, quien se convirtió en un poderoso hacendado y perdió todo al final en una apuesta de cuantas manos le entraban en el culo (no más de cuatro, en contra de su optimista creencia) y en el que sus acreedores y yo nos cagamos, y también en su hijo (de una peona de la estancia) Zoilo el bravo, el cual tuvo que ser encarcelado en un monasterio durante la estadía de San Martin para que no aputosara a todos sus granaderos con las proezas anales que realizaba, y que estando en el monasterio las monjas lo violaron contra su voluntad y producto de ese acto nació Patricio Corona (y otros 16 hermanitos de monjas distintas), el cual se salvó de ser abortado y casi da lástima de cagarse en él, sino fuera porque no se limitó a quemar el monasterio y a las monjas sino también la pulpería de al lado (me cago en él, hacían muy buena caña ahí) y que con semejante prontuario fue hecho comisario (a la usanza local) y formó familia de prestigio con la gorda Manzur, turca de familia con plata y pocas gracias estéticas sobre la cual uno se caga en ella y sus hijos por haber afeado tanto al mundo, en particular sobre Venancio Corona, conocido como unitario frustrado cuya máxima aspiración era hacerle un pete a Sarmiento, pero este se escapó a Chile justo a tiempo (o hubiera contraido una cepa particularmente virulenta de herpes) y que a su vuelta se empomó a Doña Gualteria de El Borbollón, que parió casi cagando a Mendio Corona, cazador de caudillos federales, afamado por no haber encontrado jamás a ninguno por lo que sus jefes y yo nos cagamos en él (obviamente por razones distintas) pero que de camino a La rinconada le hizo un pibe a Rosita Gomez de Lavalle, el cual, posterior reconocimiento y al tiempo que me cago en él, se hizo llamar ambrosio Corona, el cual sólo hasta sus últimos días se dió vuelta sexualmente y empezó a tocar mujeres y engendró a Don Vitalicio Corona, conocido subcomisario durante la década infame, en el cual me cago yo y también sus víctimas que habrían preferido la picana de Falcone y no la piedra y chispero que este sádico usaba en sus genitales, que encima tardaba mucho para hacer el fueguito; He decidido no cagarme en tus tatarabuelos, bisabuelos, abuelos padres y hermanos/as como para no hacerla tan larga, pero ya ves; me cago en vos y en tus parientes desde la 18ava generación hasta la 6ta incluida, en total 13 generaciones de familiares tuyos sobre los que me cago y me vuelvo a cagar en vos y tus ocho núcleos que los podés apilar uno sobre otro y sodomizarte el ojetito puto que tenés, rascándote las paredes intestinales con las patitas de alambre de los procesadores y lacerándotelas como a vos te gusta, para que después vaya un proctólogo sádico con título a distancia de la universidad de La Punta en San Luis y te meta la uña llena de su caca y ahora la tuya que chupás con delectación, seguido de un soberano pete como sólo tu antepasado Zoilo el Bravo sabía hacer cuando tenía ganas de verdad, y ya que estamos te podés sacar los procesadores con caquita para metértelos en la boca junto con la pija del médico así hacés lugar en el orto para meterte la plaquita de video FX 5500, que 5500 debería ser el número de votantes chavistas reputasos sacados del fondo de la laguna del maracaibo donde perforan a pijazo limpio el lecho para ver si sacan petróleo y así te van a agarrar, dejarte una colonia de inmigrantes ilegales en el culo y se van a ir sin hacerte ningún mimito, porque dicen que apestás a mula como si hubieras montado una por un mes atravesando córdoba, pero ese es tu antepasado porque vos el tufo a mula lo adquiriste en los 8 segundos que te duró el acto sexual con la mula hasta que le eyaculaste en la oreja, más los 135 minutos que te estuviste metiendo su miembro entre las gambas, y así todos los días con toda una tropilla de mulas durante un mes, hasta que se murieron en convulsiones porque la sífilis les llegó al cerebro y tuviste que seguir con los paisanos dueños de las mulas, que no se quedan atrás ni un palmo en hedor, producto de garcharte sudoroso bajo el sol mientras esperás a que se llene tu disco duro con pornografía sadomasoquista de Hello Kitty.
Bueno, por más que intento esto no es ni una sombra de la puteada original; no estoy inspirado y tardé una hora y media en escribir esto. Me retiro abatido pero vos con el culo roto.
saludos
Eric

*tu viejo queda excluido, que le salen ricos los asados y no quiero ofenderlo. También tu vieja y familia directa.

Si alguien llegó hasta acá abajo ahora entenderá del porqué del nombre: LA MADRE DE LAS PUTEADAS

Esta entrada fue publicada en Anéctodas, Insultos, miscelaneas. Guarda el enlace permanente.

17 respuestas a Putear, pero con estilo

  1. chimango dijo:

    creo que deberías aclarar que el post es ligeramente… políticamente incorrecto.

  2. ye olde fox dijo:

    Debo decir que eso es putear con estilo, elegancia y sofisticación…

  3. Puma dijo:

    clap, clap, clap, clap, clap……

  4. Vicky dijo:

    hajajajajajajajaja Chimango sos un genioooo!!! quiero ser tu amiga jajaja

  5. Guillote dijo:

    Outstanding! Creo que ofendiste a toda mi familia hasta la generación décima después mis nietos jaja.

  6. Mariam dijo:

    Muy buena síntesis del naciminto de la madre de las puteadas, ahora me siento rara: estoy sonriente y con el culo roto también?? jajajaja
    Firma:
    un corona más de este mundo

    • chimango dijo:

      Ja! no, no te hagas problema. Lo del culo roto era una referencia a los problemas de hemorroides que tenía (y el dirá si sigue teniendo 😉 ) el guille; el texto está sembrado de referencias ocultas de ese tipo y estoy seguro de que se le pasaron por alto algunas…
      gracias a todos por pasar (por el post del guille)

  7. nego dijo:

    amen compadre erik…bien merecido que se lo tiene el depravado corona jajajja…muchos fuimos testigos de sus exhibiciones donde se pudo apreciar su «culo rompido»….jajajja un abrazo manga de satrapas…y amén a la madre de las puteadas!!!!!!!!!!!

  8. Doctor Romi dijo:

    «El arte de insultar» de Schopenahuer, es una alpargata vieja, un mamotreto insulso, un vano esfuerzo comparado con tan delicada y equilibrada mezcla de genealogía, idioma e ingenio.
    Me he cagado de la risa, (bueno, no literalmente.), aunque mi apellido salga a la palestra y sea, por parte de madre, origen de una generación de 8 vástagos, profusa y concienzudamente enmierdados por el autor.
    Genial!!!

    • la consulta de kurilonko dijo:

      No puedo dejar de imaginarme esa alocución, con el estilo y garbo de Luis Landriscina, genial humorista de esos lares.

  9. Pingback: El viajar es un placer…(?) (μpost) | Animal de Ruta

  10. Pingback: Andate a comer mierda | Animal de Ruta

  11. Peke dijo:

    que lastima que un vago que tiene tantos dotes e imaginación para escribir..lo utilice de esta manera..
    PD: me BIIIIIIIIP* en tu desperdicio de talento.
    *Editado por el admin; no podés decir «cago» en este blog. Nueva regla. Vale sólo para vos.

    • chimango dijo:

      Tu opinión me tiene sin cuidado, lo que me asusta es la cantidad de gente que ha dejado comentarios como el tuyo demostrando que no puede leer un texto y comprender su significado. Patético lo tuyo. Esta vez no lo borro para que se vea y el próximo que quiera dejar un comentario así piense que tal vez sería bueno tomar en cuenta el contexto, o imaginarse si hay uno posible aunque sea.
      Y si no te gusta, andá a comprar un kilo de espárragos, un litro de aceite de girasol y volvé por instrucciones.
      P.S. : Que Guillote haya publicado un chiste interno entre nosotros no te autoriza a usar el lenguaje que se te de la gana en nuestro blog, en especial si no tiene gracia ni aporta nada.
      P.P.S.: PD es el partido demócrata, creo que trataste de poner «P.D.», pero como no es una carta fechada, usar Post Scriptum me parece mas apropiado.

  12. Pingback: AnimaldeRuta Troll Awards 2010 | Animal de Ruta

  13. Emmmm la verdad que sos un capo.. Y me gusto como le cerraste la cola al boludito ese… IDOLOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

  14. Pingback: Chimango: el de antes, el de siempre | Animal de Ruta

¿Algo para declarar?